La cerveza es la ancestral bebida milenaria, seguramente la primer bebida alcoholica del mundo,que a lo largo de los años ha ampliado sus estilos y ha llegado a establecer sus principales ingredientes base para su elaboración: agua, cereal malteado, (la cebada, el trigo, el maíz, el centeno, la avena, el arroz o el mijo) lúpulo y levadura, los 4 elementos que hacen posible la deliciosa bebida.
El agua es de mucha importancia debido a que es lo que mayormente constituye (85-92%) la cerveza; se puede decir que el agua es lo que termina por definir el sabor del estilo de la cerveza, ya que el agua con alto contenido de minerales tiende a dar resultados distintos al agua baja en minerales. Se busca que las aguas contengan calcio, sulfatos y cloruros. El calcio aumenta la extracción de la malta y el lúpulo durante la maceración y la cocción, y rebaja el color y opacidad de la cerveza. El cobre, magnesio y zinc, inhiben la floculación de la levadura. Por otra parte los sulfatos en el agua refuerzan la amargura y la sequedad del lúpulo, los cloruros ayudan a una mejor textura y refuerzan su dulzura. El agua en la cerveza se procura que siempre sea potable.
CEREALES MALTEADOS
Los cereales son la principal fuente de azúcares, de color y cuerpo de la cerveza. Antes de poder usar los cereales estos tienen que haber pasado por un proceso denominado malteado, este consiste en humedecer el cereal para provocar la germinación, al presentarse la germinación las encimas favorecen la transmisión del almidón en azúcar. El cereal es secado para detener la germinación del grano. Los cereales malteadas posteriormente son tostadas en distintos grados, los cuales influyen en el sabor, color y aroma de la cerveza. Las maltas pálidas causan notas suaves a pan en la cerveza, las maltas acarameladas presentan notas dulces y un color ámbar. Las maltas tostadas destacan notas a chocolate, café y tostado con un tono oscuro presente en la cerveza.
El lúpulo favorece la actividad de la levadura de malteado y es el elemento que da el amargor, el sabor, el aroma y que también ayuda a la preservación de la cerveza. El lúpulo utilizado para la cerveza es de la flor hembra sin fecundar y éste puede usarse en distintas presentaciones: aceites de lúpulo, pellets o natural en flor. Agregar lúpulo en cualquiera de sus presentaciones cumplen la función, sin embargo, cada una tiene sus ventajas y desventajas. Existen muchas variedades de lúpulos, las cuales poseen un rango muy amplio de características que otorgan notas florales, cítricas, sabor a pino, a tierra e intensidades de amargura. El lúpulo puede agregarse en distintos momentos durante la preparación de la cerveza, de usarse al inicio del hervor dará resultados de amargura, a los 20-30 minutos antes de finalizar el proceso nos dará sabor, y si lo agregamos en los últimos 10 minutos nos proporcionará aroma. Según la receta, distintos tipos de lúpulo pueden ser utilizados durante la preparación para generar los resultados deseados.
Es un microorganismo unicelular el cual es el responsable de la creación de la cerveza, mucha gente lo considera “el alma” de la cerveza, ya que en un principio de manera “milagrosa” se creaba la cerveza debido a la falta de tecnología en tiempos medievales, la levadura se encontraba en el ambiente y la “magia” se daba. Este particular microorganismo unicelular convierte los azucares fermentables en alcohol y dióxido de carbono, lo que hace posible la creación de la cerveza. La tecnología ha jugado un papel muy importante en el proceso de la cerveza, ya que los laboratorios han podido encontrar distintas cepas de levadura, las cuales otorgan diferentes características a la cerveza. Estas características provienen de distintos subproductos de la fermentación como esteres, fenoles, diacetilo y sulfuros.